En el valle del Ródano se produce vino desde hace más de 500 años, y algunos de sus viñedos figuran entre los más antiguos de Francia. La syrah reina en el sur...
En el valle del Ródano se produce vino desde hace más de 500 años, y algunos de sus viñedos figuran entre los más antiguos de Francia. El Syrah domina el sur con una mezcla de uvas mediterráneas, mientras que en el norte, las dos estrellas son el Hermitage -cultivado en una imponente ladera de granito sobre la ciudad de Tain y que es mejor guardar en el fondo de la bodega durante una década- y el Côte-Rôtie, una denominación estrella que se hizo famosa gracias a los vinos monovarietales de Guigal, pero que también alberga a docenas de excelentes productores aún menos conocidos. Las escarpadas laderas que dan al río tienen que aterrazarse para hacer posible la producción.
St Joseph y Cornas también proporcionan vinos de peso y valor, pero la mejor fuente de buena relación calidad-precio es Crozes-Hermitage, una denominación satélite que ha cobrado vida en los últimos años con la llegada de sangre joven.
El valle del río se ensancha al sur de Valence en la región de Côtes du Rhône, en las ventosas llanuras aluviales y en las laderas más bajas de las colinas. Es una vista imponente durante los fríos y despejados cielos azules del Mistral. Los mejores pueblos vinícolas de Côtes du Rhône han sido promocionados a sus propias denominaciones (Vinsobres, Vacqueyras), cercanas en calidad a las más conocidas Gigondas.
El rey del Ródano meridional es Châteauneuf-du-Pape. Aquí, los galets roulés, rocas redondeadas del antiguo lecho del río, proporcionan el contexto para unos vinos tintos gloriosamente ricos que desprenden el aroma del calor y las hierbas del sur, y que se ven realzados por la complejidad que aporta la mezcla de varias variedades de uva. Se permiten trece en total, pero la garnacha suele dominar, junto con la syrah y la mourvèdre como apoyo. Una buena añada necesita de ocho a diez años de guarda para obtener los mejores resultados.
Si su gusto se inclina por vinos blancos con más cuerpo, más ricos y relativamente exóticos, quizá le convenga más un Hermitage blanco o un Châteauneuf-du-Pape del valle del Ródano, o bien un Condrieu, sede de la uva Viognier, maravillosamente perfumado y embriagador.